lunes, 29 de septiembre de 2008

AMADA MÍA



Amada mía quisiera decir que siempre,
pero tu sabes que a ti mentir, no podría,
quisiera amarte toda la vida
y vivir a tu lado todos los años
que le queden a esta vida mía.

Pero al corazón no se manda, se obedece,
y debo decirte esta vez amada mía
que el latido de mi corazón es fuerte
pero ahora es, cuando tú no estás presente,
eso me preocupa, desvela y estremece.

¿Donde quedó todo el amor que profesaba?
¿Donde tus caricias y mis besos, donde?
¿Que hicimos mujer y que por hacer dejamos?
¡Que nuestro amor en algún páramo extraviamos!

La nostalgia del ayer hoy ya me harta
tus ojos y tus besos, no me dicen nada
y el ansia por volver a verla me arrebata,
perdóname mujer si no supe serte fiel.

Perdona a mi corazón enamorado y loco
y perdóname a mi, si puedes algún día;
ya no puedo decir que te recordaré,
tampoco que nunca dejaré de amarte.

Hoy mi corazón ama a otra mujer,
tú, ojala pronto ames a otro hombre,
disfruta mientras puedas del amor,
que así como llega, igual se nos consume.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Photobucket

MI SUPLICIO



En la soledad del inhóspito desierto,
donde las temperaturas son extremas,
y sus habitantes viven en la noche,
vienen a mi mente tu silencio y tu llanto,
que me hacen sentir, que es mi calvario.

Tu desnudez, tus formas todas bellas,
tu mirada gris y tus cálidos besos,
que a mi vida sutil, causaban embelesos
en esta soledad árida y desierta,
te quiero a mi lado y de amor morir exhaustos.

¡Donde estás amor!
¿Porqué te fuiste?

Hoy como mi entorno, vivo solo,
sin una sombra que me proteja de día,
y en la noche fría, sin cobijo alguno.
Negro es mi porvenir amor, si no te tengo.

Y en esta bastedad sin sombra,

sin cobijo alguno, mis pensamientos y yo,
y el recuerdo de tus besos.
harán de mi destierro, mi suplicio.

¡NO TE QUEDES!



No te quedes sin habla,
no te quedes,
y no te quedes callada,
¡No te calles!

No apagues el sentimiento,
que nos enaltece,
no apagues esa llama,
que nos ilumina y estremece,
¡No la apagues!

No tengas miedo de nada,
de nada temas,
tampoco digas nada,
¡No lo digas!

Más no me quites tu mirada,
no me quites,
y no te sorprendas más,
¡No te sorprendas!

Que de mi amor vas a saber,
más nada temas,
te he amado en silencio,
desde hace tiempo.

Ya callar no puedo,
el tiempo apremia,
y quiero fundir en una,
el alma mía con la tuya.

La Cama

  La cama Estática, quieta, indiferente, testigo mudo de mil cosas, cómplice al fin de francachelas, que nunca duermes por las noches, y de ...