Creímos que nuestro amor seria por siempre,
y por amar jamás nos enteramos,
que el sol llega al cenit y ahí declina,
que pasa el tiempo y cambian las personas,
cambia el clima y también cambian las cosas.
Así como el sol duerme en el ocaso,
nuestra juventud viaja con el tiempo
y cuando la piel se arruga y envejece,
los recuerdos nos vienen a la mente
y añoramos estar en otros tiempos.
¡Que pronto se nos acaba la vida!
Ya no somos los jóvenes de antaño,
hoy ya pertenecemos a otro tiempo;
una lágrima que baja por mis labios,
dice que el tiempo, no tiene retorno.
¡Que temprano se nos hizo tarde!
Todos queremos vivir muchos años,
y llegar a viejo todos anhelamos,
más nunca aceptar queremos,
para decir, ¡Amigos ya llegamos!